Tuesday 26 de December de 2006, 17:47:39
Preámbulo de Nochebuena...
Tipo de Entrada: CUADERNO | 735 visitas

    ¿Quién dijo que la resaca y la escalada no eran compatibles?

    Esta mañana (y cuando digo “mañana” me refiero a la una del mediodía...) a pesar del cúmulo alcohólico de las últimas noches, una servidora se armó de valor y, magnesio en mano, decidió sacarle un poco más de partido a las plaquitas de Cèllecs.

    Lo que inicialmente se planeó como una salida bloquera a Llavaneres (Can Bruguera) fue derivando (por circunstancias denominadas comúnmente como “palo que te cagas”) a una liviana salida deportiva.  
    El destino de la susodicha excursión fue, como ya he mencionado, Cèllecs (zona de escalada muy agradecida y cercana a Vilassar de Dalt).   

    Asumo la culpa de tanto cambio. Sobretodo cuando la proposición del blocaje en Can Bruguera fue mía.

    Después de movilizar al personal voy y me rajo. Pero es que madrugar, según que días... es muuuu malo!

    Por suerte los cambios de planes fueron a nivel colectivo y los del Mad (eh, Daymon?) también apostaron por la cuerda (en detrimento del Crash Pad).

    Aunque algunos son menos perros que una servidora y a las once ya estaban subiendo vías.
    Pero como lo bueno (modestia a parte) se hace esperar... que mejor que hacer una entrada triunfal por la puerta grande a las dos del mediodía (y después de dar unas cuantas vueltas de campana por la montaña).      

    Mira que hay sectores en Cèllecs, eh? Pues Daymon y compañía (amantes de la aventura forestal) van a buscar los más recónditos y olvidados parajes cobijados entre los arbustos.
(Por cierto Daymon, tu que tenías reseñas... ya dirás en que sector acabamos!).  

    Al final el encontronazo Madtemero duró poco. Unos saludos y frotamientos varios (;p) y los más madrugadores huyeron a otros avatares.
    Y tras la deserción...Yo y mi compi de escalada (o lo que quedaba de él tras la juerga nocturna) arremetemos contra un quinto/b maduro y un sexto/a bastante vacilón.      

    Las vías muy chulas. En la línea puta del granito (con esa suavidad alijada que lo caracteriza) pero con unos cuantos pasitos técnicos de los que se saca bastante jugo.   

      En definitiva, una jornada navideña muy suavecita y llevadera.
    Poco sufrimiento pero suficientemente diestro como para autoengañarse pensando que se ha quemado parte de los turrones expectantes.

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